El sábado tuve el privilegio de no poder ver el partido del Athletic. Esta frase tan contradictoria viene del sufrimiento que tuvimos en casa al escuchar, mezclada con los comentarios sobre la actuación del Iurbentia Bilbao Basket, la retransmisión que hizo Radio Euskadi del partido. Por lo menos alguien se digna a informarnos en Navarra.
El partido se dividió, por lo que pude percibir, en tres partes:
- Comienzo y gol de penalti. Arreón inicial con buen juego: 20 minutos
- Sufrimiento detrás del balón. Juego indiscutiblemente mejor y empate del Mallorca: 64 minutos
- Fin y gol del Athletic. Contragolpe y juego sin apuros finales: 6 minutos
El sábado se obtuvieron tres puntos de oro contra un rival directo ganando a lo grande, con fortuna en el ataque y más fortuna aún en la defensa. Sinceramente, no echo de menos el buen juego desplegado ante Madrid o Villareal. Cuando nos alejemos más del descenso empezaremos a pedir esas menudencias.
El domingo otro duelo en la cumbre, venimos a Pamplona, con lo que se nos quiere por aquí (futbolísticamente hablando). Seguro que, si hacemos los deberes, en Olite no tendrán otro remedio que escucharme decir: ¡Aupa Athletic!
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