Bueno, comenté el otro día que hablaría de nuevo del Athletic después de que jugara contra el Betis. Estos conllevaba un riesgo, hablar después de una posible derrota, pero al menos así no se me puede calificar de ventajista.
El Athletic viajó a Sevilla con una baja sensible, Iraola se quedaba en el dique seco dejando su puesto a Murillo, que jugaba su primer partido esta temporada. Se enfrentaría a un Betis sin columna vertebral debido a las sanciones.
Dos cambios por lesión en apenas 25 minutos pudieron poner las cosas muy cuesta arriba al equipo, pero supo reponerse y los suplentes cumplieron con creces. De hecho, uno de ellos (Susaeta) dio un magistral pase para que Javi Martínez rematara de cabeza el único gol del partido. Con todo, la sensación ante el pitido final fue más de alivio que de euforia. Sigamos con los pies en el suelo que sólo se puede decir que hemos hecho los deberes para conseguir un aprobado ramplón.
Durante el más de mes y medio que estuve sin dar señales de vida ocurrió de todo: empezamos la etapa de los grandes con cero puntos, con lo que en la jornada 9 estábamos en el puesto 19 con sólo 5 puntos. En las siete jornadas que han seguido se han remontado puestos en base a una extrahordinaria solidez en casa y gracias a la recolecta de puntos fuera, una derrota en siete jornadas nos permite comer el turrón en una zona más tranquila de la tabla, en el puesto 12 a 6 puntos del descenso (todavía es muy pronto para mirar hacia arriba).
En definitiva, jugadores, cuerpo técnico y afición pasaremos unas Felices Fiestas a la espera de un mes de enero con mucho fútbol y mucha ilusión puesta en la Copa.