- La época del año en que lo compramos
- La época del año en que lo hemos disfrutado
- Los recuerdos que nos trae de esas vacaciones otoñales con paseos por las Rias Baixas, la ruta de los molinos de Ribadeume, la laguna de Costoia... y tantos otros sitios dignos de ser disfrutados en Galicia.
Martín Códax fue un juglar gallego, posiblemente de Vigo, que vivió entre mediados del siglo XIII y comienzos del siglo XIV. ¿Quién le iba a decir que siglos más tarde le pondrían su nombre a la bodega más grande de la D.O. Rias Baixas? No estoy muy seguro, pero tal vez, este juglar escucho y hasta hizo sonar algún Organistrum.
Hace algo menos de un año, antes de empezar a escribir esta bitácora, Mi Cuadrilla y yo estuvimos unos maravillosos días visitando tierras gallegas. Además de probar algún manjar que nunca habíamos degustado (ostras, zamburiñas...), aprovechamos para regar esas exquisitas viandas, con los vinos más diversos, desde ribera sacra hasta albariño pasando, como no, por el nunca suficientemente apreciado vino turbio ribeiro.
Tuvimos la suerte de elegir una preciosa casa rural en el pueblo de Cambados a un pequeño paseo de las bodegas Martín Códax, referencia en cuanto a albariño para los no entendidos en el tema. Hay que reconocer que, además de la producción, algo bueno hacen en cuanto a su distribución, ya que todos conocemos esta bodega.
Después de una visita guiada de lo más amena, nos dieron a probar los vinos de D.O. Rias Baixas que se producen en Cambados. Entre ellos destacaron, y de qué manera, un albariño fermentado en barrica y otro obtenido de uvas botrutizadas, recogidas una a una.
Repito, casi ha pasado un año y hace unos pocos días, teníamos unos langostinos dispuestos para ser preparados al modo tradicional, a la plancha, con sal y limón, ¿para qué más? Teníamos que acompañarlos con algo y tuve que quitar un poco de polvo acumulado en una caja que rezaba "Organistrum Colleita 2005". Se trata de la botella 21013 de 29667, para los que aprecien este tipo de información. Tenía muy claro que ese era el vino fermentado en barrica de Martín Códax que habíamos comprado en la propia bodega por unos 18€.
Hace algo menos de un año, antes de empezar a escribir esta bitácora, Mi Cuadrilla y yo estuvimos unos maravillosos días visitando tierras gallegas. Además de probar algún manjar que nunca habíamos degustado (ostras, zamburiñas...), aprovechamos para regar esas exquisitas viandas, con los vinos más diversos, desde ribera sacra hasta albariño pasando, como no, por el nunca suficientemente apreciado vino turbio ribeiro.
Tuvimos la suerte de elegir una preciosa casa rural en el pueblo de Cambados a un pequeño paseo de las bodegas Martín Códax, referencia en cuanto a albariño para los no entendidos en el tema. Hay que reconocer que, además de la producción, algo bueno hacen en cuanto a su distribución, ya que todos conocemos esta bodega.
Después de una visita guiada de lo más amena, nos dieron a probar los vinos de D.O. Rias Baixas que se producen en Cambados. Entre ellos destacaron, y de qué manera, un albariño fermentado en barrica y otro obtenido de uvas botrutizadas, recogidas una a una.
Repito, casi ha pasado un año y hace unos pocos días, teníamos unos langostinos dispuestos para ser preparados al modo tradicional, a la plancha, con sal y limón, ¿para qué más? Teníamos que acompañarlos con algo y tuve que quitar un poco de polvo acumulado en una caja que rezaba "Organistrum Colleita 2005". Se trata de la botella 21013 de 29667, para los que aprecien este tipo de información. Tenía muy claro que ese era el vino fermentado en barrica de Martín Códax que habíamos comprado en la propia bodega por unos 18€.
resulta mucho más redondo, embaucador, dulce con un ligero amargor final, como diciendo que quiere permanecer en el tiempo. Trago muy largo, casi demasiado fácil de beber, que nos permite terminar con la botella a la vez que terminamos con el último de los langostinos. No se trata de un albariño al uso, por los que los puristas pueden mostrar alguna crítica, pero está bien que ciertas bodegas se olviden de vez en cuando del tema exclusivamente comercial y nos presenten estos detalles.
Por cierto, comprobé en casa que me queda una botella de Castillo de Ferfiñanes, también fermentado en barrica, comprado con ocasión del mismo viaje. No sé cuando, pero seguro que retomo esta entrada cuando alguna ocasión, especial o no, me sugiera abrirla y decida hacer una comparativa entre ellos. Seguro que nos sorprende.
Por cierto, comprobé en casa que me queda una botella de Castillo de Ferfiñanes, también fermentado en barrica, comprado con ocasión del mismo viaje. No sé cuando, pero seguro que retomo esta entrada cuando alguna ocasión, especial o no, me sugiera abrirla y decida hacer una comparativa entre ellos. Seguro que nos sorprende.