Ahora estamos en capilla, como los toreros, preparándonos para enfrentarnos a uno de esos morlacos de más de 500 kilos que es capaz de cornear al más pintado: el Barça. Debemos creer que el Athletic es capaz de tumbar a ese Goliat del fútbol espectáculo.
Desde el lunes de la semana que viene, una bandera se mostrará en mi balcón. Grande, como el club al que representa, el rojo y blanco ondeará en Olite sin necesidad de que sean fiestas patronales. De momento sólo nos queda aguantar la respiración y esperar a que empiece el partido. Lo que ocurra en el camino, poco importa. ¡Aupa Athletic!
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