Para variar de tanto tema futbolístico, hoy voy a mencionar uno de esos vinos que merece la pena probar. Nuestro amigo Manuel, trabajador incansable en Bodegas Pago de San Gabriel nos regaló dos botellas de dicha bodega: un Pradomayor 2006, que degusté junto a parte de la familia política en unas condiciones físicas nada indicadas para realizar una cata, y un Zubiola 2005. La siguiente nota va dirigida a este último.
Bodegas Pago de San Gabriel decidió no etiquetar este vino como Crianza o Reserva, debido a que no cumple estrictamente con los requisitos según la DO de Navarra a la que pertenece. Ningún problema, porque la delicada crianza en barricas de roble frances y ruso de las tres variedades que lo componen Cabernet Sauvignon, merlot y Cabernet Franc, hacen que pronto olvides estas menudencias y disfrutes sin más.
Se trata de un vino de capa alta con un color picota oscura, casi negra. No hace falta airearlo mucho para que empiece a desprender aromas a bayas muy maduras mezcladas con unos ahumados muy interesantes. Cuando llega a la boca encontramos un vino agradable, con taninos pulidos que deja recuerdo por donde pasa. Tanto disfrutamos del vino que olvidé sacar la foto de la botella.
No suelo hablar de maridajes, no creo mucho en ellos, pero este vino acompañaría perfectamente un buen chuletón de los que ponen en la Sidrería Erri-Berri aquí en Olite, donde tuvimos el privilegio de conocer a Manuel.
Queda pendiente la visita a las Bodegas en Castejón. Seguro que será antes de que llegue el athletic-zale en ciernes que viene para ampliar Mi Cuadrilla. Por cierto, es niño. ¿Lo había dicho?
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