Siguiendo la convocatoria de La Guarda de Navarra, me arriesgo por primera vez a participar en Iberoamérica en Cata. Aquí dejo mi propuesta:
Uno de los mayores encantos que tiene Venecia es el contraste entre la noche y el día. De día, esa decrepitud alucinante que hace pensar que el mar quiere recuperar lo que es suyo. Son momentos ideales para poder visitar los lugares más emblemáticos de la ciudad, por supuesto sin prisa ni agobios. De noche, según entran las sombras del atardecer y se encienden las primeras tenues luces en esas calles en las que no caben dos personas una al lado de la otra, el misterio invade la ciudad. Es el momento ideal para perderse sin mirar carteles y tratar de no dar con nada ni nadie. Por supuesto, en este caso mi compañía es la de siempre: Mi Cuadrilla, ¿quién si no?
Dando vueltas y más vueltas, cuando ya creemos que jamás saldremos a campo abierto, aparece un campo (así es como llaman a las plazas interiores allí) con una preciosa terraza donde nos atienden amablemente y pedimos dos merlots para disfrutar de la tranquila música y la inmejorable compañía. Esta es la situación que repetiría hoy, mañana y pasado.
Respecto al vino, ya he dicho la variedad que pedimos en su momento. Ahora le podría poner nombre y apellidos, supongo que un Lola García de García Burgos no desmerecería el momento. Siempre tinto en esta noche romántica con vela en el centro de la mesa y todo.
Es una lástima que en esos momentos no tomara nota del lugar exacto, porque tratamos de volver al día siguiente y nos fue imposible. Tal vez fuera un sito mágico en un lugar mágico.
Para continuar con los requisitos expuestos para el certamen, aquí expongo lo que creo que más se adecua a los gustos de Mi Cuadrilla:
El sitio, un puerto asomado al mar mediterráneo, también de noche, disfrutando la brisa y los aromas del mar en la cara. El vino, un Cabernet Sauvignon con los taninos controlados como el Guerinda de Máximo Abete. Mi Cuadrilla disfruta con los vinos contundentes y el contraste con el sitio y el momento cuadra perfectamente con su carácter.
Por cierto, la foto que aparece en mis datos personales, está sacada en una de las estrechísimas calles de Venecia, !qué casualidad!
jueves, 15 de mayo de 2008
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3 comentarios:
Hombre , que casualidad escribia yo hace unos dias sobre un IGT Sicilia a base de insolia que compré por acrodarme de beberlo en Venecia en un sitio perdido en una de esas miles de calles com explicas.
Saludos y bienvenido a IEC
Carlos (Roco&Wines)
Me ha gustado tu propuesta, tanto que tienes muchos números de organizar la IEC próxima.
Venecia, un Lola García y amigos. Tres pilares para disfrutar de un momento de gloria.
Saludos.
Carlos,
No creo que sea tanta casualidad. Cualquiera que haya visitado Venecia y disfrute del vino opinará lo mismo que nosotros.
Guarda,
Sinceramente, no me considero cualificado para organizar un evento de esta magnitud. Muchas gracias por tu comentario y por la invitación.
Saludos
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