Este fin de semana no ha tocado excursión ni alardes similares, es decir, he estado haciendo lo que se debe hacer de vez en cuando: descansar.
De todas formas, el no salir no implica aburrirse ni evitar el disfrute. Para empezar, el sábado decidimos abrir la caja que habíamos traído de las bodegas García Burgos hace unas semanas. Tanto es el respeto que tenemos a estos vinos que hemos decidido disfrutarlos siempre con tranquilidad y pausa.
El objetivo al abrir dicha caja era sacar una de las tres botellas de Sh 2006 que contenía (ahora contiene sólo dos. Se trata de la botella con número 5597 de las 6100 botellas de 75cl han contenido este exquisito caldo. Otras catas son más técnicas. Yo sólo hablaré en esta ocasión de sensaciones.
Al ver golpear en la copa este líquido oscuro, casi negro, pero con tonos violáceos, observamos que se trata de un vino limpio, suave y con la densidad justa, pese a su capa muy alta. Al acercarlo a la nariz, Mi Cuadrilla lanza una pequeña exclamación de admiración, esto debe estar muy rico, se le notan en primera instancia unas frutas negras maduras que dan paso casi inmediatamente a minerales. ¡Vaya! Es el primer vino que pruebo en el que la mina de lápiz que he leído para otros se me presenta evidente. Este vino expresa el terruño del que tantos hablan y tan pocos demuestran. En boca, bien equilibrado, se nota el grado (cómo no, si son 14,5%) pero no tira para atrás. Invita a otro trago. Tragos cortos, pequeños para disfrutar cada uno por separado.
Por sacarle un defecto, para los no expertos (y los que estamos reservando la cata de Lola García para una ocasión muy especial) es un vino que invita a las comparaciones. La frase "Está bueno, pero no tanto como el Sh", ha salido de la boca de Mi Cuadrilla en referencia a otros vinos de los que conservamos en nuestro botellero. Yo opino que cada vino debe ofrecer algo distinto y lo de bueno o malo dependerá del momento y la compañía. Este fin de semana ha tocado disfrutar de este, seguro que en algún otro disfrutaremos de vinos muy diferentes.
También en casa hemos disfrutado del equipo de nuestros amores. El Athletic quiere que recordemos lo que era estar en la zona tranquila de la tabla. Por fin lo ha conseguido. No voy a hablar de los jugadores como he hecho en otras ocasiones, sino del equipo en sí y de su afición.
El equipo, muy bien, gracias. La ilusión desborda Bilbao y algunos hemos mirado a cuantos puntos tenemos la Champions. Afortunadamente, esta temporada ya no nos tiran de la cama porque no estamos soñando. Objetivo cumplido dando buena imagen, ¿qué más podemos pedir?
Se me ocurre algo que podemos pedir: que la política salga de una vez y para siempre de San Mamés. Me parece una falta de respeto enorme que los cuatro descerebrados de siempre se dediquen a insultar a la gente sólo por su procedencia. La mayoría, hijos de inmigrantes que llegaron a Bilbao y alrededores para poder dar un futuro a su familia. Gritos de este tipo hacen que se nos reciba mal en campos de fútbol donde el conjunto de descerebrados local (lamentablemente todos los equipos tenemos uno) hace pagar a justos por pecadores. Por cierto, para ser del Athletic no hay que ser necesariamente vasco, así que lo mejor es que algunos tomen nota.
En fin, por pedir que no quede. Antes ganaremos liga y copa que librarnos de estos que estropean la imagen de una afición a la que, por otro lado, hay que estar orgulloso de pertenecer. En definitiva: ¡Aupa Athletic!
lunes, 7 de abril de 2008
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